miércoles, 7 de septiembre de 2011

En nuestra oscuridad



En nuestra oscuridad
Cuando se apagaban las caricias
Y el calor todavía se hacia presente,
Cuando los ojos brillosos se cerraban
Y el abrigo se hacia desear;
Allí encontré nuestro final.

Quiera Dios que sea eterna esa noche
Para no tener que despertar.
Para no encontrarme vacío con ese recuerdo
Que nos dibuja una sonrisa
Mientras pensamos: ¿Qué quedará?

¿Cual es el miedo que nos aprisiona?
¿Cual es el sentimiento tácito que escondemos?

Hablan nuestros ojos y nuestro cuerpo,
Pero la voz se hace muda,
Y hasta el más sordo la entiende.

Encerrado en la idea de no tenerte
Camino la calle fría
Y el viento me recuerda tu caricia.

Quiera Dios que sea eterna esa noche
Para no tener que despertar 
Nuevamente envuelto en soledad.



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